Informe de Madrid y nacional 2017-2018
ANPE y el Defensor del Profesor presentaron los informes de Madrid y nacional correspondientes al curso 2017-2018. en rueda de prensa celebrada el pasado 21 de noviembre. |
El informe del servicio El Defensor del Profesor de ANPE muestra, en el ámbito nacional, una preocupante estabilización en el número de casos de acoso y violencia hacia los docentes. Más de 34.700 compañeros han sido atendidos por ANPE desde la creación del Defensor del Profesor. De ellos, 2.179 corresponden al curso 2017-2018, lo que supone una leve reducción del 3 % en relación al número de casos del curso anterior. Tan solo 70 profesores menos que el curso pasado pidieron ayuda a este servicio, lo que indica que las situaciones de conflictividad están lejos de erradicarse en los centros escolares.
En la rueda de prensa han participado el presidente nacional de ANPE, Nicolás Fernández Guisado, la vicepresidenta de ANPE-Madrid, Carolina Fernández del Pino Vidal, los coordinadores estatales del servicio, Crisálida Rodríguez Serna y Jesús Niño Triviño, y estuvieron presentes los defensores del profesor de Madrid y numerosos medios de comunicación.
La vicepresidenta de ANPE-Madrid informó de que, en la Comunidad de Madrid, el número de docentes que se han puesto en contacto con el Defensor del Profesor a lo largo del curso 2017-2018, asciende a 1.169, cuatro más que en el anterior. Aunque esta cifra es muy similar a la del curso anterior, resulta preocupante, ya que comparada con el curso 2015-2016, en el que acudieron al servicio 970 profesores, el número sigue aumentando. Más aún si se considera que son solo una pequeña parte de los docentes que tienen problemas en el desempeño de su profesión.
En cuanto a las características de los profesores que se han comunicado con el Defensor del Profesor y las causas por las cuales han recurrido a nuestra ayuda, las cifras en general son similares a las del año pasado.
Por niveles educativos, el colectivo que más se ha comunicado con nuestro servicio sigue siendo el profesorado de Educación Primaria (52 %), seguido por el de Secundaría (36 %). Ambos porcentajes se mantienen en la misma proporción que el curso anterior. Sin embargo, tanto en Educación Infantil como en Formación Profesional, se ha producido un ligero repunte de un 1 %, pasando en Infantil de un 6 % a un 7 % y en Formación Profesional de un 2 % a un 3 %.
El único colectivo que ha sufrido un ligero descenso en cuanto a actuaciones ha sido el englobado en el epígrafe “Otros” (Centros de Adultos, Escuelas Oficiales de Idiomas, Conservatorios de Música y Danza, etc.), que ha pasado de un 4 % a un 2 %.
Carolina Fernández del Pino explicó que, respecto a los problemas relacionados con el alumnado, el ciberacoso, a través de distintos medios como fotos, grabaciones, redes sociales, WhatsApp, muestra una tendencia al alza, situándose ya en un 12 %. “Sabemos que el mal uso de las redes sociales es un hecho que preocupa cada vez más al profesorado y frente al cual se sienten desprotegidos”, afirmó. También recordó que, por una parte, la Fiscalía General del Estado ya ha advertido del uso de chats por parte de los padres en los que “se falta el respeto al profesorado, a compañeros y a la comunidad educativa” y, por otra parte, el Ministerio Público incide, en su memoria anual, en “la importancia de la prevención y la educación en el uso de las nuevas tecnologías, dirigida no solo a los menores, sino también a los padres”.
Asimismo, hizo referencia al decálogo de un buen uso del WhatsApp por parte de madres o padres que está difundiendo ANPE, porque “nos preocupan los casos que han ido surgiendo donde se utilizan estos grupos para, cuestionar, difamar o entrometerse en el papel del profesor”.
La vicepresidenta de ANPE-Madrid insistió en que, como en años anteriores, “el informe refleja la incidencia de los recortes en la convivencia en los centros educativos públicos madrileños” y cerró su intervención afirmando que “es fundamental que, como sociedad, afrontemos el reto de devolver al profesorado la valoración social que nuestra profesión merece y es imprescindible para hacer bien nuestro trabajo”. Y concluyó que “si la sociedad o los padres no valoran o respetan nuestra profesión y nuestra profesionalidad, va a ser muy difícil que lo hagan los alumnos”.