El 8 de julio del pasado año se publicó en el BOCM la Orden
que establecía el calendario escolar para el curso 2020-2021 en los centros
educativos no universitarios sostenidos con fondos públicos de la Comunidad de
Madrid. Dejando al margen al resto de cuerpos, las actividades lectivas
deberían empezar el 8 de septiembre en Primaria y el 9 de septiembre en
Secundaria, y terminar el 22 y 23 de junio respectivamente.
Como novedad, dicha Orden incluía un artículo (artículo
octavo, Circunstancias sobrevenidas), que ANPE-Madrid rechazó en su momento por
la inseguridad que podía crear tanto a los docentes como a las familias, que
permitía a la Consejería de Educación modificar el calendario escolar, sin
negociación previa con las organizaciones sindicales, si la actividad de los
centros no pudiese desarrollarse con normalidad por circunstancias sanitarias.
El 25 de agosto, dada la situación sanitaria provocada por
la pandemia de COVID-19, la Comunidad de Madrid determinó que los centros
educativos comenzaran el curso en el Escenario II, lo que supuso un inicio
escalonado de las clases y, por tanto, una primera modificación del calendario
escolar que afectó a los alumnos de 4º, 5º y 6º de Primaria, que empezaron el
17 de septiembre, y de 1º y 2º de ESO, que lo hicieron el 18 de ese mismo mes.
Estas modificaciones se vieron recogidas, el 31 de agosto,
en una Resolución de la Viceconsejera de Política Educativa en la que, acogiéndose
al citado artículo octavo de la Orden de calendario, retrasaba, no solo el
inicio de las actividades lectivas en dichos cursos, sino también su
finalización: 4º, 5º y 6º de Primaria pasaban a terminar el 24 de junio y 1º y
2º de ESO el 25.
Tras las vacaciones de Navidad, el temporal de frío y nieve,
Filomena, y sus devastadoras consecuencias impidieron la apertura de los
centros en la fecha prevista, el 11 de enero, pero no el inicio de las
actividades lectivas, que se desarrollaron desde el primer momento de forma
telemática. Hasta en tres comunicados de prensa, la Consejería de Educación fue
anunciando el aplazamiento de la vuelta a las aulas, que finalmente se produjo
de manera escalonada los días 20 y 21 de dicho mes.
En el primero de ellos, el 9 de enero, la Comunidad de
Madrid, ante la situación generada por las abundantes nevadas y las previsibles
dificultades para el acceso a los centros los primeros días lectivos tras el
periodo vacacional de Navidad, decretaba la suspensión de la actividad educativa
presencial durante el lunes 11 y martes 12 en todas las etapas educativas.
Asimismo, indicaba que los centros procurarían prestar dicha actividad de forma
telemática.
Posteriormente, el 11 de enero, teniendo en cuenta la
dificultad para garantizar el acceso y transporte a los centros educativos, y
la inseguridad en los mismos por los desperfectos causados por la nieve y el
hielo acumulados, así como por la caída de árboles en las infraestructuras, el
Gobierno regional prorrogó la cancelación de la actividad educativa presencial
hasta el lunes 18, recordando, no obstante, que esta continuaría en su
modalidad a distancia.
Por último, el 15 de enero, ante la solicitud mayoritaria de
los ayuntamientos por los numerosos problemas de accesibilidad a los centros,
la Comunidad de Madrid aplazó la apertura de estos hasta el miércoles 20 de
enero, para los alumnos de Educación Infantil, Primaria y 1º y 2º de ESO, y un
día después para 3º y 4º de la ESO y Bachillerato. En este comunicado,
nuevamente se informaba de que la actividad educativa continuaría de forma
telemática y añadía: “con el fin de reforzar la presencialidad en el aula, tan
importante en estas etapas, en Educación Infantil, Primaria y Especial, la
Comunidad de Madrid ampliará en tres días el calendario escolar establecido
inicialmente para este curso, y retrasará el final de curso”.
No hay nada que objetar a todos estos aplazamientos en la
apertura de los centros. Son consecuencia lógica de los efectos del temporal y
desde ANPE-Madrid los consideramos oportunos, pero sí al anuncio de ampliación
del calendario escolar, que rechazamos rotundamente.
Como la propia Administración reitera en sus comunicados, el
curso no se ha interrumpido. Desde el 11 de enero, fecha prevista de inicio del
segundo trimestre, la actividad lectiva ha estado presente de forma telemática
en todo momento, tal y como se hizo durante el año anterior, con el valor
añadido de la experiencia adquirida durante los largos meses de confinamiento
y, por tanto, no hay razón alguna para prolongar tres días el curso escolar.
Esta medida no solo es inútil —¿alguien puede pensar que
tres días más a final de curso van a reforzar la presencialidad en el aula?—,
sino que supone también, un menosprecio a la labor docente. El profesorado de
la enseñanza pública madrileña está poniendo todo de su parte para paliar,
dentro de sus posibilidades, los terribles efectos de la pandemia con gran
dedicación y esfuerzo, adaptándose día a día a una nueva forma de enseñar,
soportando las numerosas y continuas incidencias de la plataforma EducaMadrid
que hacen interminables las jornadas de trabajo y lo último que espera de la
Administración es que le diga que ese trabajo no ha servido para nada y debe
ser recuperado.
También parece olvidar que las actividades escolares
comienzan el 1 de septiembre y finalizan el 30 de junio y que, una vez
terminadas las lectivas, el profesorado no concluye su labor, pues debe
realizar otras tareas en esos días.
En cualquier caso, no parece oportuno anunciar una medida de
tanta trascendencia como la modificación unilateral del calendario escolar en
un comunicado de prensa, sin negociación previa con los legítimos
representantes del profesorado y en un momento de tanta incertidumbre como el
que estamos viviendo.
ANPE-Madrid rechazará cualquier intento de ampliación del
calendario escolar y exige a la Consejería de Educación la rectificación de la
medida anunciada y la apertura de un proceso de negociación con las
organizaciones sindicales de la Mesa Sectorial de Educación para tratar este y
otros asuntos relacionados con la realidad educativa en el peculiar contexto
actual.
Como la propia Administración reitera en sus comunicados, el curso no se ha interrumpido