¡Con el profesorado no se juega!



A pocos días de la finalización del curso, nos encontramos en un momento crucial para la defensa de nuestros derechos y nuestra dignidad como docentes. Durante meses hemos estado negociando con la Consejería de Educación en busca de acuerdos que reviertan la injusta situación que llevamos años padeciendo y mejoren de una vez por todas nuestras condiciones laborales. Sin embargo, lamentablemente, estas negociaciones no solo no han producido los resultados esperados, sino que además han puesto de manifiesto el menosprecio y la poca consideración de la Administración hacia el profesorado.

Ante la negativa a escuchar nuestras demandas y garantizar unas condiciones de trabajo adecuadas, ANPE-Madrid y el resto de sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Educación nos hemos visto obligados a convocar, como expresión del rechazo unánime, movilizaciones en defensa de nuestros derechos: concentraciones, manifestaciones y, a cierre de esta edición, dos jornadas de huelga.

La voz del profesorado se está haciendo oír

Sabemos que esta decisión no es fácil. La huelga implica sacrificios y desafíos, pero también representa nuestra unidad y determinación para luchar por lo que creemos justo. No estamos solos en esta contienda. Contamos con el apoyo y la solidaridad de otras organizaciones y colectivos del ámbito educativo.

Gracias al éxito de las movilizaciones, la voz del profesorado de la enseñanza pública de la Comunidad de Madrid se está haciendo oír. El seguimiento de las huelgas y la multitudinaria asistencia a las manifestaciones revelan el descontento, la indignación y el hartazgo de un profesorado maltratado por la Administración, que ve cómo en otras comunidades autónomas se toman medidas para reducir el horario lectivo, mientras que aquí no, y cómo, a pesar de vivir en una de las regiones con un índice de coste de la vida más elevado de España, sus sueldos están muy por debajo de la media.

No podemos permitir que el Gobierno Regional de la Comunidad de Madrid siga adoptando, en Educación, medidas restrictivas e injustas que desincentivan la función docente y que afectan, sin duda, a la calidad de la enseñanza.

Ha llegado el momento de revertir la situación. Esperamos una rectificación pronta y creíble del consejero. Aunque el daño ya está hecho y el curso prácticamente terminado, no deseamos que el conflicto se enquiste y desemboque con virulencia en el siguiente. La llave para ello la tiene la Consejería de Educación, que debe mover ficha, abrir una vía de diálogo con las organizaciones representativas del profesorado, negociar las Instrucciones de inicio del próximo curso y escuchar las razones de nuestro descontento y malestar.

Si nos mantenemos unidos, firmes y organizados, tendrán que atender nuestras demandas. El profesorado no se va a dejar pisotear. Exigimos respeto y el reconocimiento que nuestra profesión merece.