Es prioritario reducir la burocracia


El exceso de burocracia no debería ser algo inherente a la profesión docente y, sin embargo, lo es. Provoca gran malestar entre el profesorado, obstaculiza la dedicación a su primordial cometido, la enseñanza, y es una de las principales causas de burnout o desgaste laboral.

Es difícil cuantificar el tiempo que los docentes empleamos en tareas burocráticas. Se podrían hacer estimaciones, pero dada la variedad de supuestos, cargos, atribuciones, responsabilidades, etc., serían poco fiables. Tampoco la Administración ha mostrado mucho interés en hacer una evaluación profunda del asunto, al menos hasta ahora, que por fin parece darse cuenta de la magnitud del problema y se muestra dispuesta a estudiar medidas que contribuyan a la desburocratización del sistema educativo.

La Real Academia Española define “burocracia” (en su cuarta acepción) como “Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas”. Y es precisamente esto lo que irrita a los docentes, que nos sentimos maltratados, obligados a realizar tareas administrativas, muchas de ellas innecesarias, que consumen nuestro tiempo y energía, en un entorno sobrecargado y sin contar con los recursos y apoyos necesarios.

Parece lógico pensar que la actividad educativa genere ciertas tareas burocráticas de control y que algunas de ellas deban ser asumidas por el profesorado. El problema surge cuando el exceso de dichas tareas no se compensa con horario lectivo y acaba afectando al tiempo y la calidad de la atención al alumnado.

Vivimos un contexto en el que la exigencia al profesorado cada vez es mayor. Pretenden hacernos partícipes de la solución de todos los males sociales y vemos cómo, curso tras curso, debemos hacer frente a nuevas obligaciones, sin contar con los recursos ni el tiempo necesario para ello.

...es nuestra primera vez y sentimos que estamos al nivel, que el trabajo de todo el curso ha merecido la pena y que estamos preparados para que empiece el festival

Podemos clasificar las tareas burocráticas docentes en cinco grandes bloques, relacionados con:

  • Programación y evaluación.
  • Gestión del centro.
  • Equipos de coordinación.
  • Resolución de conflictos.
  • Relaciones con la comunidad educativa.

En función de esta distribución, consideramos que la desburocratización del sistema educativo no solo consiste en liberar al docente de tareas administrativas, sino en adoptar una serie de medidas que nos permitan dedicar la mayor parte de nuestra jornada laboral a la atención directa al alumno, entre otras:

  • Eliminación de procedimientos innecesarios.
  • Unificación y simplificación de la documentación a realizar.
  • Digitalización de los procesos burocráticos.
  • Estabilidad normativa que permita la perdurabilidad de las programaciones.
  • Disminución de ratios y refuerzo de plantillas.
  • Dotación suficiente de personal de administración y servicios.

Desde ANPE-Madrid consideramos necesario y urgente cambiar el modelo actual y garantizar a los docentes que puedan dedicarse a la docencia como función principal. Trabajar para disminuir y optimizar la burocracia debería ser una tarea prioritaria para todos.