La inteligencia artificial en el aula. Oportunidades y desafíos




Pedro Fernández Cañadas Freire
Secretario de Formación


En la sociedad actual, la Inteligencia Artificial (IA) ha dejado de ser una mera promesa futurista para convertirse en una realidad tangible. Su impacto se extiende a diversos ámbitos, y los entornos educativos no son una excepción. En las aulas de centros escolares e institutos de enseñanza secundaria, la IA transformará los modelos establecidos y la forma en la que enseñamos y aprendemos. La generación de contenido, imágenes y textos por medio de herramientas, que comienzan a sonar familiares como ChatGPT, MidJourney o Copilot, utilizado en programas ofimáticos de Microsoft, suponen un nuevo paso en el desarrollo de una Competencia Digital Docente, impartiéndose numerosos cursos a lo largo del 2023 y en el actual 2024. Pero, ¿qué ventajas y desventajas conlleva su implementación? ¿Cómo podemos aprovecharla de manera efectiva?

¿Se está abordando la formación de los docentes
 en consonancia con la demanda
 que se está estableciendo en la sociedad?

En cuanto a las ventajas que puede aportar la IA a la escuela, se pueden encontrar aspectos como la adaptación y personalización del aprendizaje a las necesidades individuales de aprendizaje del estudiante por medio de la creación de planes que identifiquen las fortalezas, debilidades o los estilos de aprendizaje del alumnado. Por otro lado, los sistemas basados en IA pueden ofrecer una retroalimentación instantánea del progreso y de la adquisición de los contenidos, aportando información específica de los resultados y ayudando a la identificación de los distintos ámbitos de mejora y rendimiento. Además, la IA puede encargarse de la automatización de tareas administrativas que el docente desarrolla en el aula, liberando tiempo para la interacción directa y personal con sus estudiantes.

Sin embargo, no todo son ventajas. Todo avance tecnológico, que conlleva nuevos desafíos para su trabajo en el aula, implican una serie de inconvenientes y en el caso del uso de las IA, son los siguientes. Por un lado, se corre el riesgo de la despersonalización y deshumanización de la experiencia de aprendizaje. La interacción con un profesor humano es insustituible en aspectos como la empatía y la comprensión matizada. También, hay que tener en cuenta los aspectos éticos y transparentes que se deben tener en cuenta al trabajar con la extracción de datos con la IA, para personalizar el aprendizaje y las cuestiones que plantea sobre la privacidad del alumnado.

Esto nos lleva a la siguiente reflexión ¿Se está abordando la formación de los docentes en consonancia con la demanda que se está estableciendo en la sociedad?

Para afrontar estos retos, y un aprovechamiento al máximo de las ventajas de la Inteligencia Artificial, es precisa una formación digital del profesorado de calidad, que informe adecuadamente sobre el uso de esta tecnología y su empleo en el aula. Una formación adecuada favorecería un mejor uso de la IA en el aula, aportando sus ventajas y desarrollando en el alumnado el pensamiento crítico. Para estructurar la capacitación docente en el ámbito, habrá que tener en cuenta una serie de ámbitos. Por un lado, se deberán abordar los principios básicos de la IA relacionados con el lenguaje que utiliza, conceptos fundamentales y la forma de comunicación. También se debe estar informado sobre la utilización de herramientas digitales de IA, como ChatGPT, para enriquecer sus recursos de enseñanza. Por último, la formación debe incluir detalles sobre la ética en el uso de la IA y cómo garantizar su aplicación responsable. Ante la pregunta que muchos docentes se hacen sobre si podrían las nuevas tecnologías reemplazar a los profesores y educar a los alumnos, es preciso indicar que a pesar de la revolución digital y la fuente abundante de recursos que supone la tecnología, facilitando el acceso a la información y globalización del aprendizaje, no se puede sustituir completamente la figura del profesor. La educación y el aprendizaje implican relaciones sociales, ya sea en entornos virtuales o presenciales, que se desarrollan entre individuos. Las habilidades emocionales y sociales que transmiten los docentes a su alumnado, lo convierten en su principal valor y, hasta el momento, no existe ninguna aplicación capaz de reemplazar por completo esta interacción. Tal y como dijo Tanya Byron, “la tecnología por sí misma no es transformativa. Es la escuela y la pedagogía, la que es transformativa”.

La IA es una herramienta poderosa, cuya implementación debe ser cuidadosa y centrada en el ser humano. Por ello, invitamos a los docentes a explorar el curso “Inteligencia Artificial para Docentes” en la plataforma www.cursosanpe.com. Este viaje educativo les permitirá dominar herramientas como Chat GPT para preparar a los estudiantes para un futuro impulsado por la tecnología.