Esteban Serrano Tamayo
Secretario de Organización
La educación es un pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad y una de las cuestiones clave para garantizar una educación de calidad es la relación entre el número de alumnos y el número de docentes en las aulas, conocida como ratio educativa. En este sentido, ANPE lleva años abanderando la necesidad de una disminución de ratio como principal mecanismo para mejorar los resultados educativos del alumnado. El descenso del tamaño de los grupos y el incremento de las plantillas permite atender de forma más personalizada al alumnado, lo que en la práctica se traduce en un mejor funcionamiento del sistema educativo
Pasan los años y las nuevas leyes orgánicas de educación obvian sentar unas bases que las comunidades autónomas puedan tomar como modelo y así reducir el número máximo de alumnos por aula, quedándose en meras recomendaciones que no solucionan nada y favorecen la desigualdad entre las distintas autonomías. Además, cuando se comprueba que el artículo que estipula estas ratios pertenece al título octavo de la ley educativa, que versa sobre los recursos económicos, la desazón es aún mayor. Limitar la inversión en educación y relacionar en la misma ley las ratios con los recursos económicos son factores que van en detrimento de la excelencia que todos deseamos para nuestro sistema educativo. Por otro lado, qué importante hubiera sido aprovechar la modificación recogida en el artículo 87.2 de la LOMLOE, sobre la escolarización de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo, para fijar por ley que cada uno de estos alumnos computará como mínimo como dos a la hora de calcular la ratio máxima por aula.
No sabemos si por la época electoral en la que nos encontramos o por otras razones, como la baja natalidad que asola nuestro país, las distintas administraciones educativas están tomando conciencia de la importancia de tener menos alumnos en nuestras aulas. Así, el pasado 2 de marzo, la Comunidad de Madrid anunció que, para el próximo curso 2023-2024, el número de alumnos por clase bajará de 30 a 25 en el primer curso de Educación Secundaria Obligatoria. En el curso 2022-2023, la Comunidad de Madrid ya inició la bajada de ratios progresiva en el primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil, pasando de 25 a 20 alumnos por clase. El próximo año escolar se aplicará la bajada al segundo curso del segundo ciclo de Infantil y así sucesivamente hasta aplicarse en la Educación Primaria dentro de dos años. Ahora, en Educación Secundaria comenzará también la bajada progresivamente, de modo que avanzará simultáneamente desde Educación Infantil y Primaria y desde Educación Secundaria. Por tanto, el artículo 7 “Ratio general y condiciones para conformar grupos de materia dentro del grupo de referencia” de la Orden 1712/2023, de 19 de mayo de la Comunidad de Madrid, no debería afectar a esta progresiva reducción de ratios al tratarse de una normativa dirigida a regular determinados aspectos de organización, funcionamiento y evaluación en la Educación Secundaria Obligatoria y no a fijar las ratios, que se recogerá en las próximas instrucciones de inicio de curso. A pesar de todo ello, en el siguiente estudio de las ratios por autonomía, podemos observar que la Comunidad de Madrid no queda muy favorecida:
Por tanto, cuestiones económicas aparte, nadie duda que uno de los factores que más influyen en la calidad de un sistema educativo es la ratio de alumnos por grupo. A mayor número de alumnos, menos posibilidades tiene el profesorado encargado de ese grupo de proporcionar un tratamiento personalizado y una adecuada atención a la diversidad. Especialmente importantes son los ajustes de las ratios en las primeras etapas para favorecer las estrategias pedagógicas y la atención a las diferencias individuales. Estas medidas permitirán poner especial énfasis en la atención individualizada a los alumnos, la realización de diagnósticos precoces y el establecimiento de mecanismos de apoyo y refuerzo para facilitar el éxito educativo. Esperamos que la Comunidad de Madrid continúe la senda iniciada y lo antes posible podamos comprobar esa necesaria disminución de alumnos por aula en todos los cursos de todas las etapas educativas.