El reto del cambio climático en Educación




Vicente Campos de la Torre
Delegado de ANPE-Madrid

Todas las especies del planeta, incluida el ser humano, se encuentran actualmente ante el mayor desafío de las últimas décadas: el cambio climático. Desde que aproximadamente a mediados del siglo pasado se empezaran a recoger datos fiables científicamente hablando, se ha señalado un rápido y agudo cambio climático. Un proceso de deterioro profundo que se ha acelerado mucho comparado con niveles de los tiempos anteriores a la revolución industrial (UNESCO, 2013).

La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) realizó el año pasado un llamamiento a los gobiernos de todas las naciones para que lleven a cabo acciones que mitiguen y frenen el cambio climático.

Ya en el informe “Educación para el Desarrollo Sostenible” (2014), esta organización destacaba cómo la temperatura media había aumentado 1°C desde principios del siglo XX y que el mayor incremento se había producido en los últimos 35 años, hecho que pone de relieve el gran problema que supone el calentamiento global y el peligro que implica para todas las especies del planeta. Dicho informe también culpa directamente a las actividades colectivas del ser humano como las responsables directas del cambio climático, hasta el punto de que está en peligro su supervivencia. Según el Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC, en sus siglas en inglés, 2014), conseguir que el aumento de la temperatura no supere los 2°C, necesita de grandes retos “tecnológicos, económicos e institucionales” (2014).<

Es lógico, por tanto, pensar, que la descarbonización de la economía no es sólo un acto técnico, como señala el IPPC (2014), sino que será posible si, entre otras instituciones, se consigue que la Educación desempeñe un papel esencial que haga posible que las tomas de decisiones de los gobiernos cuenten con una sociedad civil instruida y movilizada.

Educar a actuar contra el cambio climático es un reto para la sociedad en general donde la educación debe jugar un papel fundamental para mejorar las competencias de mitigación y adaptación de las comunidades alrededor de los colegios. Es tal la importancia que tiene la Educación en el combate y la mitigación de los efectos del cambio climático que también la UNESCO (2020) la señala como elemento de transformación social, repensando su papel en cuatro ámbitos: Transformación de la Sociedad, Resultados de aprendizaje, Contenidos del aprendizaje y Pedagogía y entorno del aprendizaje.

Con todo el problema que supone el cambio climático, aún estamos a tiempo de que los centros educativos, bien a través de un currículo específico o con un planteamiento más transversal, se enfrenten al reto del cambio climático de una manera dialogada entre todos los actores involucrados en la educación de nuestros jóvenes.