BÍJBOL: juego alternativo, coeducativo e inclusivo



Tere Miña Encinas
Maestra de Educación Física
CEIP Carmen Cabezuelo, de Madrid

Juego alternativo, coeducativo e inclusivo

Me gusta jugar. Desde siempre me recuerdo jugando. Cuando era niña en el colegio y fuera de él, sobre todo a fútbol. Sigo igual, juego a todo lo que me proponen, fútbol, baloncesto, tenis, pádel… actualmente a vóley. Juego dentro del cole (soy maestra de Educación Física) con mi alumnado. Y fuera, con mi familia y amigos.

Nací en Madrid (España), el 28 de junio de 1968. Estudié Magisterio. Me licencié años más tarde en Geografía e Historia, en la especialidad de Historia del Arte. Justo al finalizar mi formación académica aparecieron las especialidades en las oposiciones a maestro. Mi vocación: la docencia; mi afición, el deporte, se unieron para preparármelas. Oposité por Educación Física. Obtuve la plaza en 1997.

En los años 90 se produjo un boom de los Juegos y Deportes Alternativos. Me apasionaron. Estudié mucho, investigué sobre ellos y participé en numerosos cursos de formación. Y aquí es cuando surge el Bíjbol. Porque surge… Salvando muchísimo las distancias, fue como Newton y la manzana. Nace por vocación, por convicción y por formación.

Me dieron destino definitivo en el curso 1999-2000 en el que hoy sigue siendo mi centro, el CEIP Carmen Cabezuelo en el madrileño barrio de San Blas. Me dijeron que tenía que dar psicomotricidad en Infantil. Conocía las pelotas de gigantes de otros centros. Así que adquirí cinco o seis. Las tenía como oro en paño para los pequeños, pero a los mayores les llamaban mucho la atención. De las tres horas que se dan de Educación Física (a pesar de los cambios legislativos, siempre se ha mantenido la tercera hora), una la suelo dedicar a juego libre con los mayores. Eligen el juego, sacan el material, organizan los grupos, se autoarbitran… juegos o deportes que previamente han visto conmigo, en forma de partidos, de competición.

Un día los de 6º tenían que entregarme una ficha (no recuerdo de qué). Solo una alumna, Arancha, la había hecho. Era día de juego libre. Quise premiarla. Nos bajamos a la pista. Sus compañeros realizaban la ficha para incorporarse a la clase cuando la fueran terminando. Arancha quiso jugar con la pelota gigante: le saqué una. Ella la botaba, la golpeaba contra la pared, se tumbaba sobre ella… Según iban acabando la ficha, sus compañeros se incorporaban al juego, también a la pelota gigante. Al principio, un grupo pequeño, haciendo rondós. Finalmente, todo el grupo acabó jugando un partido: supongo que de fútbol. Nos dimos cuenta de que era muy fácil tocar la pelota con la mano, por las dimensiones de la misma. Les permití usar las manos en conducciones, controles, golpeos. Igualmente, que marcar gol era complicado. Suprimimos la figura del portero y prohibimos entrar en el área.

La siguiente sesión de juego libre quisieron jugar a lo mismo. Para evitar el abuso de los “chupones” introdujimos la regla de no retener la pelota. Aumentó el dinamismo del juego y la participación del alumnado, sobre todo, del más pasivo. En ese momento fui consciente de que estaba ocurriendo: estaba naciendo un juego alternativo, con todo lo que eso suponía.

En la tercera sesión eligieron jugar a lo mismo. Yo ya tenía claro cómo quería llamarlo: Bigball, aludiendo al material utilizado. Les induje a llamarlo así. Y así nació… Originalmente se escribe y pronuncia Bíjbol, porque al patentarlo, el término Bigbol ya existía, no asociado a un juego, pero no podía usarlo. Pensé que podía acuñarlo con “j”. Es más castellano, más castizo.

Cada partido acaba con una consigna, un saludo: “Buen partido”

La definición del Bíjbol es toda una declaración de intenciones: es un juego alternativo, predeportivo, educativo, coeducativo, inclusivo, de invasión. Se trata de meter el mayor número de goles en la portería contraria, desde cualquier situación de juego, con una pelota gigante, la cual no se puede coger ni retener; sí, golpear con cualquier parte del cuerpo, con ausencia de porteros y prohibición de entrar en las áreas. Pretende desarrollar las Habilidades Motrices Básicas, las Destrezas Específicas, los Valores Universales del Deporte y las Habilidades Sociales. Fomenta el desarrollo integral de la persona, estando presente el componente motriz, cognitivo, social y afectivo.

Desde entonces se juega en mi centro. Al alumnado le encanta. Comencé la difusión a través de internet, correo electrónico, publicaciones en revistas educativas sobre Educación Física (Kronos, Adal, Efdeportes)… Elaboré mi propia página web. Escribí y publiqué un monográfico.

Hasta hace unos ocho años era yo la que acudía a cursos. A partir de ese momento las formaciones las hago yo. Realizo ponencias, cursos, talleres y coordino seminarios. Esto último es lo que más satisfacción me ha proporcionado. El objetivo era difundir el juego entre profesores de Educación Física para que lo llevaran a cabo con su alumnado. El colofón del seminario era una Jornada de Encuentros (en el doble sentido de la palabra). Durante tres años fue amparado por el CTIF de Madrid capital. Me dijeron que más seminarios, no. Bueno, pero más jornadas, sí.

Gracias al empeño e ilusión de mis compañeras celebramos las Jornadas de Bíjbol de Madrid en el polideportivo de Aluche. Tiene cinco pistas y nos acogen estupendamente. A finales de abril, en jornada de mañana, nos juntamos cuatro centros de Educación Primaria, alumnado de 4º, 5º y 6º, y un Instituto, de 1º y 2º. Establecemos horarios y ubicación. Cada grupo sabe dónde y a qué hora participa. No está pensado como una competición. Juegan, cuando no, son espectadores activos, animan, se relacionan con otros de su edad, comparten vivencias. Cada partido (también en nuestras clases) acaba con una consigna, un saludo: “Buen partido”. Al finalizar compartimos una ceremonia de clausura en la que les agradecemos su participación, les felicitamos por su buen comportamiento, les entregamos un diploma, les emplazamos para el próximo año y bailamos una misma coreografía que hemos preparado anteriormente cada profesora con su alumnado. Es espectacular y muy emocionante ver 400 chicos y chicas jugando a un mismo juego y bailando al son de un mismo himno.

El pasado año debido a la pandemia no se pudo celebrar. Este año parece que tampoco se dan las condiciones.

Los docentes de Educación Física hemos tenido que adaptarnos, reinventarnos. Y lo hemos hecho. Este curso estamos trabajando otros contenidos, con nuevas metodologías emergentes, variando objetivos, criterios y procedimientos de evaluación. El Bíjbol forma parte de mi programación didáctica y lo hemos adaptado a las medidas higiénico-sanitarias establecidas por la Comunidad de Madrid y al Plan de Contingencia de Educación Física de mi centro. Lo llevamos a cabo con el Grupo Estable de Referencia, grupo burbuja, de 5º; reducimos el número de jugadores: 5 versus 5; uso obligatorio de mascarillas; 8’ de juego. Quienes no juegan, mantienen distancia. Tras el partido desinfectamos la pelota y cada participante dispone de 2’ de “respiro”: se lavan con hidrogel, se limpian con pañuelos de papel, beben agua y se cambian de mascarilla.

A causa de la pandemia, la divulgación del Bíjbol se ha producido virtualmente a través de ponencias, charlas, entrevistas… Así he tenido el honor de participar en #tardesalternativasef, I Congreso Mundial de Juegos y Deportes Alternativos en Argentina, CIEF2020, Charlas #edufis con Adal Sempere, aparecer en un juego de mesa o compartir en Colaborar para Enseñar. Próximamente estaremos en otro Congreso Internacional, esta vez desde México avalado por ANCDPYLEF AC.

Nuestro lema es Enseñar, Disfrutar, Participar.