Satisfacción de las familias madrileñas con la educación
Andrés Cebrián del Arco
Secretario de Organización
El pasado mes de noviembre la presidenta regional, Cristina Cifuentes, presentó en el Pleno de la Asamblea de Madrid los resultados del primer Estudio sobre el grado de satisfacción de las familias madrileñas con la educación en la Comunidad de Madrid. Para dicho estudio se realizaron, entre los meses de septiembre y octubre, 1.600 entrevistas telefónicas a familias con hijos estudiando en centros educativos (públicos, concertados y privados) de la Comunidad de Madrid, durante el curso 2016-17, en las etapas de Educación Primaria y Secundaria.
El 55,6% de las familias consultadas tenían a sus hijos matriculados en centros públicos, el 38,1% en concertados y el resto, el 6,4%, en centros privados. De todos ellos, el 61,9% cursaba estudios de Primaria y el 38,1% de Secundaria Obligatoria.
El estudio recoge, entre muchas otras, las opiniones de las familias sobre el profesorado, el funcionamiento del centro, la adecuación de las tareas extraescolares (deberes), la jornada escolar, etc.
La calificación que recibe el profesorado es muy positiva. El 76,9% de media de las familias encuestadas se muestran satisfechas o muy satisfechas con la forma de enseñar, la preparación de las clases, la motivación y la atención a los alumnos, la innovación y la comunicación con las familias de los docentes madrileños.
El estudio también recoge el alto grado de satisfacción con el funcionamiento de los centros. El aprendizaje y los resultados de los alumnos, el nivel de exigencia y el clima de convivencia son considerados satisfactorios o muy satisfactorios por una media del 85,4% de las familias consultadas.
Preguntados sobre la adecuación de las tareas extraescolares, el 62,9% de los padres considera que la cantidad de deberes que realizan sus hijos es adecuada, el 5% estima que son insuficientes y el 30,5% opina que son excesivos.
Estos datos curiosamente contrastan con la polémica abierta por una confederación de padres, alimentada también por alguna campaña publicitaria, contra las tareas escolares, cuestionando la labor docente, la libertad de cátedra y el principio de autonomía pedagógica y organizativa de los centros, que les llevó incluso a la convocatoria, durante el mes de noviembre, de una huelga de deberes que, como no podía ser de otro modo, tuvo un seguimiento irrelevante.
Por último, en cuanto a la jornada escolar, si pudiesen elegir, el 62,6% de las familias madrileñas preferirían la jornada continuada frente al 34,3% que se decantan por la jornada partida.
De nuevo parece que se oye más a una minoría que grita que a una mayoría silenciosa. Si mayoritariamente, pese a quien pese, las familias prefieren la jornada continua, es necesario flexibilizar los requisitos para que los centros, en el marco de su autonomía organizativa y de gestión, con la participación de padres, Claustro y Consejo Escolar, puedan elegir libremente el modelo de jornada escolar que prefieran.