Maestros que suspenden
A propósito de las oposiciones a docentes convocadas en Madrid
Natalia Menéndez
Profesora y Poeta
La Nueva España, Avilés, 3 de abril de 2013. El Rompecabezas.
No, no es mi intención defender a un opositor que crea que una gallina es un mamífero, ni entrar a valorar el sistema de oposición de otra comunidad autónoma, pero siento la necesidad de declarar que lo que Lucía Figar –consejera de Educación de la Comunidad de Madrid– pretende es degradar aún más la imagen del profesorado de la enseñanza pública con una campaña de desprestigio que le viene muy bien para sus fines, que van encaminados a cambiar cuestiones legislativas que beneficien a la enseñanza privada en detrimento de la pública.
El informe presentado a los medios de comunicación, que había permanecido inédito hasta ahora y que se centra en las polémicas pruebas que se desarrollaron en 2011, es una bomba de relojería, y pone de manifiesto que muchos titulados en Magisterio (muchos de ellos titulados en universidades privadas, todo sea dicho de paso) no poseen conocimientos básicos de cultura general; aun así, se trata de una sesga muy meditada y oportunista. Además, si fuese cierto que los conocimientos de los titulados en Magisterio dejan mucho que desear, ¿de quién sería la culpa? ¿No sería consecuencia de los planes de estudios fallidos diseñados por los políticos responsables de educación?
Seleccionar las respuestas más disparatadas, lo puramente anecdótico del asunto, es de lo más sensacionalista y manipulador, y le sirve para tildar de analfabetos a todo un colectivo, y dentro de él a los interinos. Sabemos, aludiendo a los políticos, que Angela Merkel fue incapaz de situar Berlín en un mapa, que Federico Trillo no sabe en qué continente está Lesotho y que Sarah Palin afirmó que Rusia y Alaska eran dos países próximos entre sí.
Además, si le damos la vuelta a la tortilla, ¿son esas preguntas dignas de un examen que pretende seleccionar a los mejores? En realidad, todo el proceso de selección ha sido cuestionado y ha recibido un aluvión de reclamaciones, así que todo este revuelo mediático le sirve a Figar como cortina de humo y para seguir atacando a los interinos. Me gustaría comparar estos resultados con los de las pruebas de acceso a la enseñanza concertada, pero, claro, estos no tienen, o con los exámenes que hacen los políticos parar llegar a ciertos puestos, pero, mira por dónde, estos no tienen que aprobar ninguno.
Conozco el tema de las oposiciones de cerca. Antes de aprobar la oposición y ser funcionaria de carrera en Secundaria, fui profesora interina habiendo aprobado los exámenes de las oposiciones con notas altas en varias ocasiones, pero sin plaza, como muchos de mis compañeros de trabajo. Además, también trabajé en un centro privado de enseñanza reglada como profesora, donde me contrataron gracias a un amigo, que es como suele funcionar el acceso a este tipo de centros: amistades, familiares y antiguos alumnos copan los claustros de los colegios concertados.
¿Por qué no hay exámenes de acceso libre a la concertada si se paga con dinero público? ¿Y cuándo, pregunto yo, tendremos oposiciones a cargos políticos? Si fuese así, otro gallo nos cantaría.