Los docentes madrileños, el Chat GPT y el día de la marmota




Esteban Serrano Tamayo
Secretario de Organización



Pregunta al Chat GPT ¿Cuánto invierte Madrid en Educación?

Bromas aparte, lo que sí es cierto es que la Comunidad de Madrid se caracteriza por ser una de las regiones que menos invierten en Educación y cuya política, respecto a los docentes y sus condiciones laborales, suele ser de las más duras. Solo hay que echar la vista atrás.

Fue la primera en abrazar los recortes, ya que en 2011 se adelantó un año a las medidas del Gobierno central, y está siendo la última en revertirlos. Tuvimos un pequeño respiro durante la presidencia de Cifuentes (2015-2018) cuando se consiguió firmar el Acuerdo Sectorial de 2018.

Desde entonces, aunque hemos conseguido mejoras, no se ha avanzado suficientemente en las cuestiones fundamentales que afectan la calidad de la enseñanza y las condiciones de trabajo.

En esta última etapa, su atrincheramiento en retrasar cualquier mejora lo explican aludiendo a los grandes esfuerzos que están haciendo para, por ejemplo, reducir las ratios. Sin embargo, podemos afirmar que las ratios se van a reducir por sí solas, ya que la natalidad ha bajado significativamente. Ante esta realidad se encontraban frente a la tesitura de cerrar centros públicos o bajar las ratios. Cerrar centros públicos conlleva un coste político, especialmente en una región con un porcentaje tan elevado de centros concertados. Solo les queda bajar la ratio y colgarse la medalla. Nosotros demandamos la bajada de ratios, pero en un plazo más corto y acompañada de aumento de plantillas e incorporación de todos los perfiles profesionales.

También quieren arrogarse los resultados PISA y el buen funcionamiento de los centros durante la pandemia. Parece que lo logran solos, a pesar de que todos los estudios internacionales identifican a los profesores como el factor más decisivo para alcanzar una educación de calidad y buenos resultados. Ninguna política educativa por sí sola, sin la entrega de los docentes, puede obtener buenos resultados.

La Comunidad de Madrid se
caracteriza por ser una de las
regiones que menos invierten en Educación

Su actitud y la opinión que tienen de los profesionales madrileños es patente, y su inmovilismo con respecto a mejorar sus condiciones de trabajo, o por lo menos a recuperar las que existían en 2010, deja muy claro lo poco que valoran y reconocen nuestra labor:


  • Somos la única Comunidad que aún no ha recuperado las 18 horas lectivas ni ha dado pasos hacia la reducción a 23 en Infantil y Primaria.
  • En cuanto a la burocracia, se anunció un plan de choque, pero las tareas administrativas exigen cada vez más tiempo, impidiendo que podamos preparar las clases dentro del horario laboral. A esto se suma una plataforma informática ineficaz que falla con una frecuencia inusitada, a veces multiplicando el trabajo.
  • La necesidad de contar con todos los perfiles profesionales en los centros se ha vuelto más urgente desde la pandemia, ya que al alto número de alumnos con necesidades educativas especiales se han sumado problemas de salud mental. Los centros necesitan docentes PT y AL, orientadores, profesores técnicos de servicios a la comunidad y enfermeras escolares.
  • Las retribuciones continúan por debajo de la media española. Logramos avances en 2022, pero nos hemos vuelto a quedar atrás. Vivimos en una de las regiones más caras de España. Incluso en las poblaciones rurales más alejadas de la capital, la vivienda no es accesible para un maestro que quiera vivir solo.
  • La Consejería de Educación desmiente que esto sea así, tal vez porque dentro de sus cálculos incluyen los complementos de productividad. No todos los docentes pueden, por las características de su especialidad o por razones personales, realizar tareas que conlleven complemento de productividad. No se puede considerar que los complementos por especial dedicación o rendimiento forman parte de las retribuciones básicas. La política de esta Administración no premia la especial dedicación, la exige para que podamos cobrar un sueldo digno.
  • Las plantillas están tan mermadas desde hace años, que los apoyos son prácticamente imposibles. Desde los CEIP nos transmiten que son los PT y AL quienes deben hacer las sustituciones y por eso no atienden debidamente a sus alumnos. Y en Secundaria se sacaron de la manga los apoyos a guardias.
  • Otra característica histórica de Madrid es que reiteran que quieren atraer a los mejores y que por eso endurecen las condiciones de acceso y prolongan las prácticas. ¿Por qué iban querer venir o quedarse aquí, si ofrecen las peores condiciones? La falta de profesores, de la que he hablado en otras ocasiones, va a conllevar una competición por atraer candidatos.

Es verdad que Madrid oferta muchas plazas para las oposiciones, pero un fenómeno que estamos detectando es que cada vez más funcionarios, en cuanto pueden y si sus circunstancias familiares lo permiten, concursan para irse de Madrid.

La Comunidad de Madrid parece estar muy segura de que el profesorado madrileño seguirá aguantando lo que le echen. Y tal vez sea cierto. La pregunta para todos es si podemos permitírnoslo si queremos proteger a la red pública educativa y a sus profesionales.