Incorporación de 1.º y 2.º de ESO en Colegios Públicos de Infantil y Primaria en Madrid




Carolina Fernández del Pino Vidal
Vicepresidenta

El pasado 18 de octubre, el consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, anunció que la Comunidad de Madrid tiene como objetivo incorporar, de manera progresiva, las enseñanzas de 1.º y 2.º de Educación Secundaria Obligatoria en colegios públicos de Infantil y Primaria a partir del curso 2025/2026. Esta implementación no se limitará a nuevos centros, sino que también incluirá a aquellos ya en funcionamiento que puedan adaptar sus instalaciones y cuenten con jornada partida.

Este anuncio representa un paso más en el plan presentado por la presidenta de la Comunidad de Madrid durante el debate sobre el Estado de la Región en septiembre, donde se explicó que todos los nuevos centros incluirían estos niveles educativos con un modelo de jornada partida.

ANPE-Madrid ha manifestado su rechazo a la adopción de medidas de esta envergadura sin la previa consulta al profesorado, así como sin un análisis exhaustivo del impacto que tales cambios podrían tener en la calidad de la enseñanza y en los recursos existentes.

ANPE-Madrid ha manifestado su rechazo a la adopción de medidas de esta envergadura sin la previa consulta al profesorado

El anuncio ha generado más incertidumbres que certezas, dado que representa una transformación considerable que afectará a la organización de los espacios, la distribución del profesorado y la estructura escolar en general. Es fundamental que este proceso sea el resultado de una reflexión profunda y un análisis cuidadoso, en lugar de una decisión apresurada.

Además, la segmentación de la ESO, que es una etapa integrada, plantea desafíos significativos en términos de continuidad y coherencia en la enseñanza y evaluación. La distribución de la etapa en dos centros podría dificultar la coordinación entre docentes. Otra duda es el encaje de la medida en la normativa básica y cómo afectará a las condiciones laborales del profesorado.

Por último, se plantea la necesidad de invertir los recursos adecuados para mejorar las instalaciones de los centros de Primaria y asegurar que cuenten con los mismos recursos que los de Secundaria, incluidos los distintos talleres y laboratorios. Este tipo de transformación, que impacta en la organización del espacio, del personal docente y de la estructura escolar, debe ser abordado con cautela y reflexión, evitando cualquier imposición precipitada que pueda comprometer la calidad educativa.