Observatorio para la Convivencia Escolar
ANPE-Madrid presentó voto particular en el Consejo Escolar
ANPE-MADRID presentó un voto particular en la Comisión Permanente del Consejo Escolar del 17 de mayo, al borrador de Dictamen sobre el Decreto por el que se crea el Observatorio para la Convivencia Escolar en los centros docentes de la Comunidad de Madrid y se regula su composición, organización y funcionamiento.
ANPE-Madrid pretende atraer así la atención del Consejo Escolar, la comunidad educativa y la sociedad hacia la baja consideración en que se sigue teniendo a la profesión docente.
ANPE-Madrid ha rechazado el borrador de Dictamen, sobre todo en cuanto a la composición del Observatorio, descrita en el artículo 6, porque no se contemplan criterios de proporcionalidad en el número de integrantes. Tampoco consideramos justificada la presencia de todos los mencionados, si atendemos a su relación con la gestión de la convivencia escolar. Baste decir que, de una veintena aproximada de miembros, solo uno representa al profesorado, la misma cifra que se asigna a los medios de comunicación y a dos ONG relacionadas con la protección a la infancia, presencias muy cuestionables en este órgano. De este modo, los docentes quedan relegados a una posición irrelevante. En cambio, no se incluyen representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que actúan en estrecha relación con los centros, el profesorado y los alumnos, en aplicación del Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos; ni de la Fiscalía de Menores, el personal no docente o el Plan Autonómico de Drogas de la Comunidad de Madrid, entre otros.
El profesorado queda relegado |
Según el Dictamen, un solo profesor, elegido por la organización sindical más representativa, daría voz a más de 90.000 docentes. Esto evidencia la escasa consideración de las autoridades educativas hacia el profesorado y sus representantes, y vemos que poco o nada ha cambiado en este sentido en relación a la legislatura anterior.
Quienes tienen la mayor responsabilidad en este ámbito y más que decir al respecto, y se encuentran a diario con los problemas de convivencia en las aulas —no en los despachos—, quedan en una posición irrelevante.
Pero también implica una postergación del resto de las organizaciones sindicales de la educación, con una alta representatividad en todos los cuerpos docentes, con voz propia y criterio consistente sobre este tema, pero relegadas a la invisibilidad en un órgano que asesorará y hará recomendaciones sobre convivencia escolar. Esta composición exigua, desequilibrada e inadecuada a la naturaleza de un órgano cuya esencia debe ser el pluralismo, excluye a organizaciones como ANPE, con posiciones muy sólidas sobre la convivencia escolar.
ANPE-Madrid reclama un cambio radical en el espíritu y la letra de este Decreto, y reclama su participación y una mayor presencia del profesorado en este órgano. De ser así, le dará su bienvenida y el apoyo que sea menester para canalizar estas iniciativas, en cumplimiento de los preceptos constitucionales, en particular los atinentes a los derechos de los alumnos y especialmente el derecho a la educación, que se ve conculcado por lacras como el acoso escolar o cualquier forma de violencia en los centros.