Hemos visitado… El Museo Cerralbo


Hemos visitado…
El Museo Cerralbo

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El 25 de octubre, con un grupo de jubilados de ANPE-Madrid, disfrutamos de la visita a un palacete cuya estética clasicista no hace pensar que en su interior se encuentra uno de los museos más impresionantes y bellos de Madrid. Se trata del Museo Cerralbo, una casa-museo con la singularidad de ser uno de los escasos ejemplos en nuestra ciudad que conserva la ambientación original de la que fuera residencia del marqués de Cerralbo y su familia. Palacio museo, casa histórica y museo de ambientes, es un referente obligado para conocer la forma de vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Además, como museo de un coleccionista, con las piezas tal y como las dispuso su fundador, refleja el gusto artístico de su época. Se trata de un conjunto considerado en su momento como una de las colecciones privadas más importantes del país y, sin duda, la más completa de su tiempo.

24La vida de la familia Cerralbo se llevaba a cabo básicamente en el entresuelo, donde se ha recreado, desde el punto de vista museístico, el ambiente en que se movía. Los objetos que vemos en las distintas habitaciones son los originales aportados por el fundador y su esposa, con elementos de la colección Villa-Huerta que vienen del palacio que los marqueses tenían en Santa María de Huerta (Soria). Además, en algunos casos se han completado las recreaciones con mobiliario de época adquirido posteriormente.

Comenzamos el recorrido por la zona llamada el Recibimiento de Verano, sobriamente decorado, como corresponde al piso de diario, y continuamos por el Salón Rojo, que fue el despacho de diario del Marqués, el Salón Amarillo, gabinete y comedor de verano, y la Salita Rosa, donde doña Amelia, marquesa de VillaHuerta, pasaba las tardes de primavera y principios de verano los días de recibir. El Dormitorio del Marqués de Cerralbo es una habitación de tonos sobrios y mobiliario funcional y clásico, utilizada por don Enrique desde su viudedad. Se muestra la butaca en la que le sobrevino la muerte en el mes de agosto de 1922.

El piso noble o principal, destinado al protocolo, se decora de forma más suntuosa y artística. La aparente inalterabilidad al paso del tiempo es fruto del esfuerzo de un equipo multidisciplinar de profesionales que ha trabajado para recuperar la ambientación original. En esta zona se destaca la Armería, donde se exhiben unas setecientas piezas. En torno a la mesa de caoba y nogal del Comedor de Gala se reunieron políticos, literatos y personajes influyentes de la sociedad española del fin del siglo XIX. En la Biblioteca, los estantes albergan volúmenes de variadas materias, así como monografías de viajes y manuscritos. El Salón de Baile está revestido de sedas de Lyon, paneles de ágata y mármol, estucos y numerosos espejos venecianos en los que se reflejan las alegorías de la danza y la música, pintadas al óleo por Mariano Juderías Caballero.

Las Galerías fueron ideadas por el marqués de Cerralbo, a imitación de las de los palacios italianos, para facilitar el deambular de sus invitados mientras estos contemplaban las obras más importantes de su pinacoteca. Durante el recorrido por el museo, las lámparas, de un notable valor artístico, despertaron el interés del grupo.

El almuerzo en el restaurante Furancho puso punto final a este día inolvidable.