El 2 de diciembre, con la agradable compañía de veinticinco jubilados de ANPE-Madrid, disfrutamos de la visita al Palacio de Justicia del Tribunal Supremo, con fachada principal a la Plaza de la Villa de París, posicionándonos ante uno de los edificios más espectaculares de Madrid.
Tras la fachada principal, nos fascinó el gran vestíbulo con las figuras de Justiniano y Alfonso X, realizadas por Lorenzo Coullaut Valera, y la monumental Escalera de Honor que nos guio directamente al Salón de Plenos.
El majestuoso Salón de Pasos Perdidos, que se encuentra en la planta principal, cuenta con altas columnas jónicas y un techo en bóveda, en el que destacan pinturas alusivas a la Justicia, la Verdad, el Progreso, la Riqueza y el Delito, realizadas por Álvaro Alcalá Galiano.
En la Sala Segunda de lo Penal, competente para investigar y juzgar los supuestos delitos que puedan cometer las altas autoridades y los representantes parlamentarios de la Nación, donde se han juzgado asuntos de gran trascendencia política y social, pudimos observar el Cristo Crucificado de Alonso Cano.
En la Sala de Banderas, antesala del despacho oficial, se encuentra representada toda la Nación española. Hemos visto las banderas de España, la Unión Europea, las diecisiete comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. La luz natural procede de una inmensa vidriera cenital de la que cuelga una lámpara de época.
El almuerzo en el restaurante Momo puso punto final a este día inolvidable.